Biblioteca Virtual – Sello de Integridad

Introducción

Todas las empresas del sello podrán acceder a una biblioteca virtual, cabe destacar que la misma esta principalmente orientada a las Micro, Pequeñas y Medianas empresas (MIPYMES)

Las MIPYMES deberán dar cumplimiento mínimamente a los siguientes componentes del Programa de Integridad para postularse al Sello:

 •  Compromiso de la Alta Gerencia.

•   Código de Ética.

•   Responsable del Programa de Integridad.

•   Capacitaciones Periódicas.

Componentes y contenido gratuito por componente

Para el diseño e implementación de un Programa de Integridad y para que éste además sea efectivo, es condición indispensable el compromiso, respaldo, apoyo e involucramiento explícito y permanente del Directorio y la Alta Gerencia de la organización, esto es de aquellas personas que conforman las esferas más altas de la empresa, de quienes ejercen su conducción y toman las decisiones más estratégicas. Dicho respaldo debe ser manifiesto, visible e inequívoco. Que exista compromiso implica que los líderes de la organización son líderes éticos que “lideran con el ejemplo” y se involucran con estos temas.

Bibliografía:

El Código de Ética o de Conducta es sin dudas uno de los elementos fundamentales del Programa de Integridad, pues refleja el compromiso de la empresa con la ética y la integridad. Debe tratarse de un documento claro, comprensible, accesible, didáctico y adecuado a las necesidades de la organización. Constituye la base sobre la que se apoyarán luego todos los demás elementos del Programa de Integridad.

En el Código deben formalizarse los valores de la organización y como mínimo, prohibirse cualquier acto de corrupción (pues debe tenerse presente que la integridad incluye muchas más cuestiones que la prevención de la corrupción). Allí debe plasmarse cuales son las conductas que son esperables, así como las que no serán toleradas por la organización. Es conveniente que contenga prohibiciones claras y expresas de los comportamientos indebidos; la obligación de reportar incumplimientos y las consecuencias que estos generarán. Sus destinatarios son, en principio, todos los integrantes de la organización sin que importe el cargo o rol que desempeñen.

Bibliografía:

Para garantizar el desarrollo, la aplicación, coordinación y supervisión continua del Programa de Integridad, es necesario que a una persona y/o a un equipo se le hubiere confiado esa responsabilidad. En general, a quien fue designado para esa función se lo denomina Responsable de Integridad u Oficial de Cumplimiento. Las organizaciones, de acuerdo a su dimensión, capacidad económica y riesgo, podrán optar por diferentes opciones. Es conveniente que la persona y/o conjunto de personas a las que se les asigne esta responsabilidad, sean personas con solvencia técnica (o en su defecto, que la empresa se encargue de que la tenga, impulsando su formación en estos temas), liderazgo, que sea una persona íntegra y goce de credibilidad, que tenga además visión comercial, espíritu proactivo y buena capacidad de comunicar y persuadir.

Por otro lado, debe asegurarse que tenga autonomía, independencia, que cuente con recursos y atribuciones suficientes, que perciba una remuneración adecuada y que tenga reporte directo a la máxima autoridad de la empresa.

Bibliografía:

Las capacitaciones juegan un rol fundamental en el proceso de formación y toma de conciencia sobre los riesgos de corrupción y en la creación de una cultura de integridad, ya que permite reforzar periódicamente los valores éticos de la organización, generando mayor motivación interna para dar cumplimiento a las normas de conducta y, en consecuencia, al Programa de Integridad. Tienen por objeto promover una conducta ética, alineada con los objetivos éticos de la organización que se encuentran plasmados en los distintos componentes del Programa de Integridad de una empresa. Para realmente impactar en la cultura organizacional y generar habilidades y conocimientos, ese plan debe estar diseñado acorde a las funciones del personal y los riesgos de cumplimiento a los que estos están expuestos, siendo adecuado que se evalúe su eficacia y se lo revise periódicamente.

Bibliografía

No hay una única forma de diseñar un Programa de Integridad y las distintas políticas, protocolos y procedimientos que lo integrarán. La decisión de cómo hacerlo es de cada empresa, de acuerdo con sus riesgos, dimensión y capacidad económica, atendiendo también a la cultura de la organización. Por lo tanto, una empresa podría optar por incluir en su Código de Ética o de Conducta todas las reglas relevantes para la promoción de la integridad en su organización o, por el contrario, complementar ese código con reglas específicas para los distintos temas contemplados en ese documento.

Bibliografia:

La evaluación del riesgo constituye la base para el diseño y mejora de un Programa de Integridad, así como para la asignación eficiente de recursos con los que gestionar los riesgos detectados e implica la identificación, el análisis y la evaluación de los riesgos para definir qué es lo que la empresa hará con relación a ese riesgo, si lo acepta, lo rechaza, lo transfiere o lo mitiga, adoptando acciones específicas con base en la decisión tomada. El análisis periódico de riesgos es un elemento vital para corroborar si lo que una vez resultó adecuado continúa siéndolo en el presente. Por eso, el análisis de riesgos es una actividad permanente de la organización y es clave para la mejora continua del Programa.

Bibliografía

Son aquellos mecanismos por medio de los cuales las personas dentro de una organización puedan reportar internamente incumplimientos o sospechas de incumplimiento al Código de Ética y/o sobre otras políticas y procedimientos que definen conductas, principios o los valores de la organización, así como actos ilegales respecto de los cuales hubieren tenido  conocimiento. Los canales, además, son una herramienta para fomentar el diálogo abierto sin temor a represalias, por ello es importante que dentro de la organización se fomente una política de puertas abiertas.

Bibliografía

Los socios de negocios son las partes externas con las que la organización tiene o planifica establecer algún tipo de relación comercial relevante para ella. “Tratarlos” implica, por un lado, que la organización cuente con reglas y procedimientos para conocer su trayectoria y su conducta ética y, por el otro, que pueda transmitirles con claridad cuál es el compromiso ético de la organización, instándolos a actuar de manera íntegra. Es necesario que esto se haga, pues las acciones que estos realicen en nombre, representación o incluso en interés de la compañía podría generar consecuencias negativas a la organización (tanto legales, penales como reputacionales). Esta comunicación debe hacerse, ya sea contando con una política de relacionamiento con terceros o instrumentos equivalentes que regulen esta relación (como podría ser un código de proveedores) y/o comunicándoles formalmente cuáles son las reglas éticas de la organización a la que deben adherir en el marco de las actividades que hagan para ella y/o en su nombre o representación.

Bibliografía

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